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martes, 23 de agosto de 2016

Recuerdos

Si nos ponemos a pensar, detalladamente, paso a paso todo lo que nuestros pies han recorrido hasta el presente, todo lo que nuestro corazón ha vivido y ha fotografiado convirtiéndolo en memoria, llevamos afortunadamente una maleta infinita de recuerdos. Siempre te echarás unas risas entre colegas, o a solas, de esas que la comisura de tu boca abarca toda tu cara. Pero también el paso del tiempo deja rasguños, arañazos, heridas, algunas superficiales, otras más profundas, que pueden o no convertirse en cicatrices. 
Hago un respiro para decir, que increíble es vivir.
Siempre estará la tienda de chuches de los domingos causante de tus cuatro muelas picadas que ahora es un locutorio, o el videoclub convertido en bar que mantenía a la familia unida un sábado noche. Siempre estará el mismo bordillo de la piscina que te cobró cuatro brechas, la fuente de piedra del parque que te regaló otra, y si son pocas le añadimos una más en el tobogán del colegio. Sí, soy un trasto. 
Y qué decir del colegio y todas sus aventuras, las cuales recordamos entre risas una y otra vez ahora en cada quedada, aunque se repitan. Bendito sea el culetazo de Lolo en el parque de bomberos, la tapa del boli atascada en la nariz de Carlitos o lo expertos que eramos lanzando notitas amorosas, todas interceptadas por la profesora. Eramos buena clase, somos buena gente. 
El miedo/nervio ante lo desconocido o hacer algo por primera vez. Pasando desde la adrenalina de saltar un acantilado, hasta tu primera exposición en el instituto. El primer encuentro, la primera cita, la primera mirada, la primera despedida. El primer día de colegio llorando para no ir, el primer día de instituto agarrada a tu mejor amiga, el primer día de universidad sola, el primer día de trabajo simbolizando crecer. El primer y último día en ballet, el primer día en balonmano rodeada de chicos, el primer día de gimnasia rítmica que te apasionó y luego te hizo daño, el primer día de taekwondo que te hizo daño y luego te apasionó. Siempre hay una primera vez.
Nos podrán arrebatar muchas cosas,
pero jamás los recuerdos vividos.
Hago un respiro para decir, que increíble es vivir.
Y el amor manifestado en todas sus vertientes, en todos sus lugares, en todos sus momentos, en todas sus edades, en todos sus días, en todas sus alegrías, en todas sus tristezas, en todas sus experiencias. El amor, lo único capaz de destruirnos. 
Siempre estará tu primera vez. Y tú otra primera vez. La confusión, los nervios, la tranquilidad. Un "piedra, papel o tijera" convertido en beso, caricias entre famosos y lluvia, una terraza tocando el cielo de Madrid, la playa con vistas hacia ti, una película de dibujos en la última fila del cine, sitios con encanto y personas con encanto. "Marry me" de Train para jurar amor eterno, un "Fiera" de Funambulista con regalo en la guantera, poner(nos) Leiva de fondo para deshacer la cama, usar "Comiéndote a besos" de Rozalen como intento fallido de recuperar(te)... Y no hace falta ser una genia para darse cuenta que estas cuatro, por ejemplo, son las que hacen llorar también. Canciones hechas a medida para momentos irrepetibles.
Hago un respiro para decir, que increíble es vivir.
Siempre estarán los verdaderos amigos, y los amigos a secas que no estarán para siempre. El instituto, la universidad, los viajes de fin de curso, las vacaciones de verano, los días de biblioteca, las visitas inesperadas, los dramas, los cumpleaños, la graduación, el empezar cada año nuevo juntos, las fiestas, los desmadres, las noches tranquilas, las cerves en en parque. La amistad, que gran poder tiene.
Esto es así de maravilloso, mañana ya tendrás otro recuerdo del ayer que archivar en los cajones de tu memoria. No deseches nada, quédate con lo increíble, lo fantástico, lo alucinante, lo bueno, y lo menos bueno. Quédate con todo. Aprende, llora, disfruta, sonríe. 
Lo bonito de los recuerdos, de la memoria, es que es el combustible de nuestra propia máquina del tiempo, la que hace funcionar toda la chatarrería de nuestro cuerpo manteniendo siempre a punto un corazón vivo. 

jueves, 18 de agosto de 2016

Reírse es lo más serio.

Sin sentido del humor, la vida no tiene sentido. Ríe hasta que te duela la tripa, los pómulos estallen y la carcajada sea lágrima. Ríe tan fuerte que la vida se entere de que estás aquí, late tan fuerte para que el mundo sepa que existes. Que la Luna te tenga envidia por ser la más brillante de la noche. Haz reír, deja que te hagan reír, colúmpiate en la risas de los demás, contagia y contagiate. Comparte risas con amigos, familia, con tu pareja e incluso a solas. Saca dientes, ríete de los problemas , tócale el culo a la vida si te da la espalda.  Indiscutible, la risa siempre suena bien, ya sea de un niño, adulto o anciano, las risas rídiculas (aún que yo prefiero llamarlas peculiares), las risas largas, las cortas, las risas mudas. Importante, ríete de ti mismo, de poner mil caras feas, de tus no complejos, de ser un sinvergüenza, de un chiste malo, de caerte y levantarte divamente. Pinta la vida con diferentes tonos de risa, crea tu propia obra de arte. Ya sabes lo que se dice, un día sin sonrisas, es un día perdido. Yo, por ejemplo, de mayor tendré miles de arruguitas en la cara de tanto reír.

lunes, 1 de agosto de 2016

De carne y beso.

Muchos la conocen, pero
pocos saben cómo es.
De carne y beso.
Oscura como la noche, fría como el hielo. Seria, sin cordura, tímida e implacable. Inalcanzable, complicada y exigente, con la mirada perdida, boca sellada y en su cuerpo, la armadura le sienta impecable. Reina de las Nieves, así la llama la apariencia que le acompaña, así la perciben las miradas vírgenes. Lo que sorprende con un hallazgo inesperado, una metamorfosis inexistente a simple vista, un conocer(la) que merece la pena. Las apariencias engañan, la fachada es traicionera, lo esencial es invisible a los ojos. 
Cierto es que la noche es oscura, pero tan cierto es que la Luna brilla, como el hielo que congela pero que tan capaz es de quemar si se mantiene cerca. Se mantiene seria a su manera, pues para ella reírse es lo más serio. Y para qué quiere ser cuerda si la locura es lo mas cuerdo, explotando esa supuesta timidez en una espontaneidad que provoca sonrisas a quemarropa. Tal vez enseñar tantos dientes es lo que le hace parecer implacable, pero ante todo golpe es frágil como un cristal, su contraataque, sonríe con la fuerza de un acero. 
Su corazón parece inalcanzable, pues ella no cree en los flechazos de Cupido ni en palabras que vendan humo, prefiere los hechos, acciones y demostraciones, que le agarren fuerte la mano, el alma y un "qué cuerpazo te hace ese cerebro". Nada complicada ni exigente, no es un libro cerrado, espera al lector correspondiente. Con la mirada perdida porque no tiene ojos en los que quedarse ni una boca donde dormirse y cuya piel solo pertenece a quién se la erice.