Vistas de página en total

miércoles, 12 de octubre de 2016

Bailame la lluvia.

Resultado de imagen de bailar bajo lluvia blanco y negro
Bailame la lluvia.
Bailame despacio.

Bailame la lluvia. 
Bailame despacio. 
Saltemos sobre los charcos. 
Saboreemos la gotas de agua sobre 
nuestros labios. 
Riámonos fuerte, quejémonos de 
los goterones en la frente.
Calarnos hasta los huesos, 
bebernos el universo.
Buscar portales de descanso, 
ser fugaces, ser impredecibles.
Entre calles mojadas, ser 
amantes camicaces, ser frío
dando calor. 
Acostarnos húmedos, 
secarnos desnudos, mirar la
lluvia.

miércoles, 5 de octubre de 2016

Pedacito de mi.

Tan dura como el diamante y tan frágil como el cristal, como un donut de almendra, ese crujiente por fuera pero blandito por dentro,  de las que acaricia el corazón y el arañar se lo dejan a otras. 
De las que lloran de alegría sin vergüenza  pero secuestra las lágrimas amargas para soltarlas en casa. De las que no discute, nunca le apetece, pero cuando lo hace, explota tan tremendo que se convierte en huracán, al igual que las mil y una batallas que ha de luchar la gente para hacerla enfadar, y si la ganan, no tarda ni cinco minutos en sacar bandera blanca.
Con el desequilibrio nuevo y la desorientación llena, así le gusta vivir, está improvisando, no le gustan los planes a largo plazo, ese ya es trabajo del destino, prefiere saborear los momentos, sacar a bailar a la vida diferentes estilos. 
...y hasta aquí puedo leer...
solo un pedacito de mi.
De las que no piensa el que ponerse de vestir, se planta una sonrisa cada mañana, se maquilla lavándose la cara y se peina con un moño despeinado, desayuna galletas de dinosaurio y le da un toque de adulta con café. Se pone siendo ella.
Tan culo inquieto que nunca se la ha visto más de diez minutos sentada en condiciones, como una "señorita", prefiere las posturas inimaginables y los zapatos ser quitados si puede.
De las que canta en la ducha, baila bajo la lluvia, lee poesía, escribe en metros, dibuja sonrisas y se tumba en el césped.
De las que...



lunes, 3 de octubre de 2016

Hoy juré ver tus ojos.

Hoy juré ver tus ojos.

Hoy juré ver tus ojos.
Solo juré.
Ojos al sol con sabor a miel. Bonitos, muy bonitos, más achinados de lo normal, que lanzan flechas con tonalidades claras, con pintitas oscuras, que intimidan y esquivo con un apartar la mirada. Ojos con sombra de sabor a coca-cola,  en los que me quedo, saboreo, y me columpio entre parpadeos. Volviendo a tomar el sol se muestran, aparecen deslumbrantes, vestidos de primavera, sonriendo al buen día.  Y en ambos me entiendo sin mediar palabra, con los labios cerrados y disfrutando del paseo que me brindan tus pestañas.



Me da igual como estén maquillados, con sol o sombra,  son magia.



domingo, 2 de octubre de 2016

Sí, los ojos hablan.

Me pone nerviosa el cruce de miradas, pero me gusta mirar a los ojos cuando hablo, fijar un contacto visual de comunicación sin palabras. Me gusta interpretar miradas, leerlas como un libro, colarme en lo que piensan. Hay miradas brillantes, con chiribitas, con ilusión, con ganas de besarte. Hay miradas apagadas, tristes, que piden abrazos, que encierran lágrimas. Hay miradas pícaras, de esas que pillas de reojo, de esas que se apartan cuando son pilladas y se sonrojan. Hay miradas en llama, con intención, con ganas de devorarte, que te desean, con ganas de raptarte y llevarte a cualquier otra parte. Hay miradas con odio, con decepción, que perdonan pero no olvidan, que durará el enfado unos cuantos días. Hay miradas nerviosas, que solicitan risas para estar tranquilas y pasar con éxito la primera cita. Hay miradas cansadas, o enfermas, que piden cama, que piden mimos, que piden besos en la frente. Hay miradas hundidas en el aburrimiento, distraídas, perdidas una y otra vez en las agujas del reloj. Hay miradas que te dan paz, que saben a hogar, que calman, que llegan en el momento más oportuno. Hay miradas bajitas pero con mágica, con sabor a ilusión, con nombre de infancia, soñadoras, con ganas de volar. Hay miradas sabias, con experiencia, con tres vidas vividas, con miles de historias, con batallitas que atrapan, que siempre serán jóvenes. Hay miradas asustadas, que les dan miedo lo desconocido, que necesitan una mano para ser valientes. Hay miradas seguras, que se comen el mundo, decididas, emprendedoras, sin miedo a equivocarse. Hay miradas y miradas, pero ninguna miente, no son capaces de engañarnos, muestran lo que el corazón siente. 
Sí, 
los ojos hablan.
Hay miradas que parecen estar hechas de todo lo que nos gusta, que literalmente te abren el cielo, que te llevan camino a Roma y a su viceversa.

domingo, 25 de septiembre de 2016

Querernos bien.

¿Por qué no en vez de querernos tanto, probamos a querernos mejor? Mucho entusiasmo, muchas promesas, muchas miradas, muchos besos, muchos paseos, muchas cenas, muchos celos. 
Por qué no en vez de hacerlo todo a lo grande y no abarcar nada, probamos a hacerlo pequeño y especial. Mucho entusiasmo sin culminar, sin pulir, sin conseguir acariciar el corazón. Muchas promesas, muchos planes sin llegar a ser planes, quedándose de boquilla, encerrados entre los dientes. Muchas miradas sin brillo, perdidas, vagabundas tristes que no encuentran el cobijo adecuado, que los ojos ven pero rechazan, que les falta entrar en casa. Muchos besos y pocos dulces, sin ritmo, descoordinados y pisándose como si se les hubiera olvidado bailar al mismo compás. Muchos paseos sin conversaciones, con manos cogidas , entrelazadas, pero presas del silencio, no se entienden, no se aclaran, no hablan, cruzan dedos pero no palabras. Muchas cenas cara a cara sin lucha de sonrisas, de embriagarse por aburrimiento, de no solo no compartir el postre, sino también de no compartir nada. Muchos celos que no significan querer, que eso sería no tenerlos, sin confianza, y la fianza de por vida está siendo perdida, estamos arañando el corazón. 
Resultado de imagen de cena pareja blanco y negro
Por qué no en vez de querernos más y más, queremos más y mejor.
Podríamos querernos bien.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Como en casa

Llegar a casa, darte cuenta de lo grandísimamente afortunada que eres. Darte cuenta que un viernes cualquiera se convierte en EL viernes de reunión entre colegas, de cervezas por doquier, de llorar pero de risa, de sentirte protegida, de brindis cargados de fuerza, de planear planes plenamente planeados, de la noche cogiendo al día y nosotros cogiendo más comida, de alegrarte un día de mierda y a la mierda esta mierda de día, de latir tan fuerte que el mundo sepa que existimos ...

Hay algo que se nos suele escapar amigos y amigas...

disfrutar de los pequeños detalles te hacen sentir como en casa.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Las mujeres.

Las mujeres tienen que ser 
engañadas con regalos, 
empujadas por viajes,
prisioneras por sorpresas,
asustadas con detalles,
correr su pintalabios,
no correr su rimel,
castigadas con orgasmos,
maltratadas con risas,
embriagadas de felicidad,
matarlas de alegría.