La miro y remiro, siempre guapa toda ella, es todo esplendor.
No me enredaré, hablemos de los pequeños detalles en los que no cualquiera se fija,
solo una sincualquiera, una sinvergüenza.
La miro y remiro, esos ojazos tras sus gafas cubrecara, y, aún así,
lo poquito a la vista es bonito, incluido el lunar de su frente,
incluido su nariz perfilada.
La miro y remiro, de rojo fuerte, enseñando dientes, riendo a carcajadas, son labios
que matan, presumida, luciendo sonrisa, reventando bocas,
lanzando siempre flores.
La miro y remiro, la sonrío, la digo algo bonito, fugaz, la sonrojo con indirectas
muy directas, que vuelen flechas, que alegre el día, con energía,
como su corazón palpita.
muy directas, que vuelen flechas, que alegre el día, con energía,
como su corazón palpita.
La miro y remiro, enrollándose el pelo, coqueteando con mechones,
intimida con miradas marrones, con uñas pintadas y manos finas,
es delicada, es presencia, es elegancia.
La miro y remiro, ojo qué vuelve a pasar, la miro y remiro, sin problema,
de frente, de espalda, me encanta su caminata,
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