Que curan como el mismísimo agua salada, cicatrizando los días malos y las horas cargadas a prueba de balas...
Menuda sobredosis de energía, un chispazo de electricidad en estado puro que te pone los pelos de punta.
Al fin y al cabo todos sabemos que la pies es de quien la eriza, y tu, tienes todas la papeletas.
Así pues coseré la sombra a mis pies por si me pierdo en esta luz tan tuya, con precaución para volver a encontrarme, con la experiencia de saber lo que es el amor contigo.
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