Con los ojos en llama y la mirada segura,
cabeza alta y pies en la tierra,
desequilibrio nuevo y desorientación llena.
Feliz.
Aprendiendo a vivir con calma,
la prisa justa y las preocupaciones necesarias.
Soñando despierta, persiguiendo lo soñado
y saboreando lo conseguido.
Pensando en positivo, olvidando lo
amargo y perdonando lo malo.
Feliz.
Sonriendo por doquier, en cada esquina,
cada persona y cualquier momento.
Jugando como una niña, pensando
como una adulta, creciendo con la vida.
Feliz.
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