Al fin entendimos que nos pertenecemos en vida pero no en el mismo camino.
Hemos aprendido a querernos a partes iguales y dejarnos de idas y venidas.
Ahora sí podemos decir que nos queremos bien, que el tiempo todo lo cura, y que después de la tempestad siempre viene la calma.
Seguiremos disfrutándonos, entre manos, abrazos y risas. Seguiremos siendo paracaídas y catapultas. Seguiremos conociéndonos.
Mi gitana, mi flaca, mi pequeña de cabello rizado... te quise tan loca... te quiero tan libre que me haces libre.
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