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sábado, 22 de febrero de 2014

¿Dejarlo?

¿Nunca habéis tenido esa sensación de dejarlo? Sí, sí, de dejarlo. De dejar eso que tanto amas. Aquello que ha formado parte en más de la mitad de tu vida. Encerrar todos los recuerdos y deshacerte de la llave de una vez por todas.
Yo sí.
Es increíble como algo de lo que estás enamorada, puede ser lo único capaz de destruirte. De sentir toneladas de arena sobre ti, la perdición en el desierto, la congelación en los polos o la intensidad de la lava fundida. Agonía, abatimiento, amargura, debilidad, decadencia, descenso, dolor... El fin. Cómo estos sentimientos se apoderan de ti muchas veces. Cómo son capaces de bloquearte, de provocarte ceguera. Cómo te acorralan en un rincón y te llevan a la oscuridad. Los que te dicen "abandona de una vez" "no puedes más" "estás acabada".
Pues os diré una cosa. Si esos sentimientos no hubieran aparecido nunca dentro de mí, ahora mismo no sería ni una cuarta parte de fuerte de lo que soy ahora. Son los que te enseñan a soportar sin dejar de avanzar. Si te caes 10 veces, te levantas otras 10, otras 100, otras 500. Yo, podéis llamarme loca, le doy las gracias a estos malditos. Gracias por ponerme a veces al borde del precipicio y sacar de mi corazón a vuestros rivales. Rivales que no me permiten caer al vacío o ver posibilidad de abandono. Coraje, valentía, poder dureza, furia, decisión, arrojo, ímpetu. Ellos contraatacan. “¡TU PUEDES!”


¿Dejarlo? Hoy no es el día. Voy a seguir disfrutándolo, aun puedo dar más de mi.