Ante todo.

Que dulces son los reencuentros y que amargo el sabor que dejan. Las risas a quemarropa que florecen y las aguas saladas que pudren ojos ante el recuerdo. Un alma viva ante ilusiones y un ente solitario ante la realidad. Revivir el pasado bastando solo 60 minutos, un café con helado, el banco de la esquina y el presente de nuestro lado. Arañarnos el corazón con caricias  y temblar con abrazos calientes. Querernos mal. Desquerernos mal. Odiarnos mal. Echarnos a la cara los polvos que no echamos en su momento, los mágicos, los que perdimos por no saber volar, por no intentar retomar el vuelo. Nos estampamos. Caímos de un plomazo, inesperado, como aquel 11S. Que mal nos sabe la ceniza después de haber sido fuego. Que siga pasando el tiempo, que cure el sentirnos sin vernos, que cure el sentirnos en los reencuentros, que nos cure en despertenecernos.

Ante todo.
Me gusta verte.