Vistas de página en total

martes, 1 de noviembre de 2016

Hoy.

Hoy te he visto, más bonita que nunca,
sobre el cielo de nuestra ciudad, Madrid,
y yo solo tenía ojos para ti. 
Hoy te he visto, más bonita que nunca, el paso del tiempo te ha hecho exquisita, como un buen vino. Tus labios impolutos, permanentes, delicadamente pintados con ese tono granate que me pierde, que acelera mi sangre y mis ganas de besarte. Hoy te he visto, más bonita que nunca, tus ojos alquitrán que me conducen al desequilibrio, a la locura, pero también a la cordura de quedarme a vivir en ellos, con la certeza de no encontrar otros iguales, y es que el verbo mirar cambia de significado si eres tu quien lo hace. Además me viene a los dedos, aquí escribiendo(te), mi peli favorita, "Íbamos al cine y tú llevabas aquel vestido rosa que me gusta tanto, solo pienso en ti princesa, pienso siempre en ti", dándome cuenta que sí, La vida es bella al vaivén de tu falda y de que hoy te he visto bonita hasta comiendo palomitas. Hoy te he visto, hoy nos hemos visto, y parece que nada ha cambiado pero han cambiado muchas cosas, menos tu risa, que sigue siendo mi canción favorita, o tus manos finas, delicadas, las cuales al roce hacen que mi piel se erice, y ya sabemos lo que se dice, la piel es de quien la eriza. Hoy te he visto, hoy hemos cenado, hoy hemos jugado a descartar entrantes tapando la carta con nuestras manos, ingeniándomelas para que "mi flaca" ganara, como solía intentarlo. Somos de buen comer, comer es un placer,  tanto que nos comíamos a todas horas, comiéndonos el sol y la luna, comiéndonos el mundo a manos llenas, y ahora no comiéndonos nada. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario