Eterno

Hay personas que deberían ser eternas.
Él, debería serlo.

A lo largo de tu vida puedes cruzarte con cuantas personas... ¿cientos de miles?... algunas se quedan por un tiempo, otras por un rato, y otras para siempre,

Al fin y al cabo muchas personas te conocen, pero solo algunas saben realmente como eres. 

Yo, le tengo a él.

Sabe lo que me provoca lloreras y cómo combatirlas con carcajadas. 

Está en mis caídas, cae conmigo (lo del paracaídas está muy visto) y para colmo, por suerte, se levanta a tu vera. 

Sabe lo que necesitas cuando tienes cara de perro, el mundo se te ha echado encima o tu mal genio intenta ser pagado con él, pero nunca puede, sus tonterías siempre vencen. 

Su positividad hace que te sientas capaz de cualquier cosa, la espontaneidad de vivir aventuras insospechadas, y la locura de no envejecer nunca. 

Porque la risa está muy infravalorada, y es fuente de vida, por eso soy inmune a la muerte... Eso, y que su compañía siempre es la mejor para volver a casa, incluso, él, me hace sentir cómo en casa. 

Y eso, ya es decir.

Es tanto su querer que a veces piensas que se va a agotar, pero siempre, cada día, está al pie del cañón, alerta de fuego con cualquier avistamiento de peligro que pueda tocar esta amistad.
Él me lo dice todos los días... yo se lo digo muy poco.

Te quiero amigo.