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miércoles, 5 de octubre de 2016

Pedacito de mi.

Tan dura como el diamante y tan frágil como el cristal, como un donut de almendra, ese crujiente por fuera pero blandito por dentro,  de las que acaricia el corazón y el arañar se lo dejan a otras. 
De las que lloran de alegría sin vergüenza  pero secuestra las lágrimas amargas para soltarlas en casa. De las que no discute, nunca le apetece, pero cuando lo hace, explota tan tremendo que se convierte en huracán, al igual que las mil y una batallas que ha de luchar la gente para hacerla enfadar, y si la ganan, no tarda ni cinco minutos en sacar bandera blanca.
Con el desequilibrio nuevo y la desorientación llena, así le gusta vivir, está improvisando, no le gustan los planes a largo plazo, ese ya es trabajo del destino, prefiere saborear los momentos, sacar a bailar a la vida diferentes estilos. 
...y hasta aquí puedo leer...
solo un pedacito de mi.
De las que no piensa el que ponerse de vestir, se planta una sonrisa cada mañana, se maquilla lavándose la cara y se peina con un moño despeinado, desayuna galletas de dinosaurio y le da un toque de adulta con café. Se pone siendo ella.
Tan culo inquieto que nunca se la ha visto más de diez minutos sentada en condiciones, como una "señorita", prefiere las posturas inimaginables y los zapatos ser quitados si puede.
De las que canta en la ducha, baila bajo la lluvia, lee poesía, escribe en metros, dibuja sonrisas y se tumba en el césped.
De las que...