Vistas de página en total

jueves, 29 de diciembre de 2016

Somos

Con cuantas personas estamos y
sin embargo con que pocas
SOMOS.
Cayó el Sol, y con él, el accidente más esperado de la tarde, un choque de labios. Fue una tarde de reencuentro, de cafés con sabor a ponernos al día, paseos por la Gran Vía y miradas sinceras en la Calle del Desengaño (menuda ironía). Volvimos a nuestro Templo, abandonado desde que nos abandonamos, y aquel Cedro también seguía ahí con nuestras iniciales intactas, como si el tiempo no hubiera pasado, como si nos esperara de nuevo, como si no hubiera llorado nuestra ausencia. Jugamos como niñas, te ensucias, se rompen tus gafas y nos reímos, total, ambas sabemos que tus ojazos negros pedían otras después de dos años y medio. El reloj se acelera, las manecillas van al ritmo de nuestros corazones, rápidos, casi fugaces, queriendo salir del pecho para abrazarse, cosa que aún no hemos hecho. Pero el aire se cansa de correr entre nuestros cuerpos, y su amigo el frío nos ayuda a tocarnos, saltando la alarma de incendios al resurgir el fuego de lo que éramos, llamando a la nostalgia apagándolo con un beso. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario