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sábado, 18 de junio de 2016

Sinmigo

Ella camina conmigo aunque ya no esté.

Extraña sensación que (me) provocas.
Como un truco ante los ojos de
un niño, es magia.
Sin ser mis manos las que tocas.

El tiempo es oro, y lo hicimos.
Ahora está fundido, pero
la esencia se ha quedado ahí.
Perenne, bajo hechizos.

No sé si me explico.
Pero en las cenizas quedan ascuas.
Como era tu mirada, ardiente,
que aún sigue caliente.
Yo camino con ella aunque esté sinmigo.

Y me quema el alma, (ir)remediable,
tú viento sigue soplando, aviva el fuego,
este que llevo dentro.
Como aquellos paseos por Madrid centro.

Se me junta fuego y pólvora a la vez.
Explota, erupciona, tiene nombre de
mujer. A ver, que te quiero
con locura y es una gilipollez.

Ha llovido mucho, y aún así permanece,
saltando en los charcos de mis lágrimas.
Y el agua se me escurre entre los dedos,
como la vida que ya no tenemos.