Sus ojos

Sus ojos se maquillan de brillo con la delicadeza de su sonrisa, sus maneras desmaneradas y su elocuencia tan fina. 

Sus ojos negros se aclaran cuando se enredan con los de esa gata, lamiéndole el alma, arañando sus esquemas. 

Sus ojos se encienden, con cierta incandescencia en las noches que comparte con ella, como dos estrellas pisando tierra firme, que sin alzar la mirada se encuentran con la Luna. 

Sus ojos relucen si la toca, con sus manos frías buscando cobijo, apartándole el pelo de la cara, secando sus lágrimas, acariciando sus latidos. 

Sus ojos se iluminan con el vuelo de su falda, la colonia de vainilla, el cigarro entre el carmín de sus labios y sus rizos alborotados. 

Sus ojos estallan en chiribitas incluso con éstos cerrados, soñando que la besa, y de fondo, su música favorita, ella a las cuerdas de la guitarra.